La etapa moderna de la Selección Argentina, inaugurada en 1974, no solo trajo títulos y enorme felicidad a sus seguidores, sino también un folklore nuevo: desde aquel lejano “Vamos, vamos, Argentina…”, la creciente incorporación de aficionados que siguen al equipo nacional se multiplicó en un cancionero muy amplio, generalmente tierno –como para que pudiera entonarlo toda la familia, que es el auténtico público de la Selección–, aunque sin dejar de reconocer a eternos rivales clásico como Brasil o Inglaterra. Esta es la historia de ese recorrido, ensanchado a medida que la Albiceleste recuperaba su prestigio y reinaba en el mundo del fútbol, coronado con el ya inefable “Muchachos…”, que une a Diego y a Lionel para toda la eternidad.