Jugó con todos, trabajó con todos, aprendió de todos, disfrutó con todos. Tuvo la suerte de estar muy cerca de uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol, de trabajar en las principales audiciones deportivas de los más importantes medios radiales, de participar en innumerables programas televisivos y hasta de ser parte de la recordada revista Sólo Fútbol y del diario La Razón. Sus comienzos fueron difíciles, como en general lo son para todos aquellos que buscan un lugar, que aman lo que hacen, que adoran a los suyos y que a la vez tratan de hacer las cosas lo mejor posible. Claro que a veces ese camino a recorrer para Roberto Antonio Leto, estuvo lleno de espinas, de obstáculos y de sinsabores, que se pueden saltear tratando de ser distinto, de aportar ideas con dignidad y apostar por más. Se decidió por unos colores que lo tienen como estandarte a la hora de opinar sobre sus logros. Claro que no se equivocó ya que cubrió innumerables torneos locales, sudamericanos, finales Intercontinentales y también campeonatos mundiales, opinando, generando información y descubriendo a los amigos y a los que no lo fueron tanto, logrando estar siempre en el momento preciso en el lugar adecuado, sin exabruptos ni estridencias, aportando lo justo y necesario, siendo prudente a la hora de opinar. Viajó por todo el planeta detrás de un sueño y de una pasión que se puede resumir en tres palabras, “gracias al fútbol”.