Esta desmesurada investigación de Damian Didonato tiene la particularidad de entregarnos un largo recorrido por la historia del fútbol argentino a través de los diferentes entrenadores y de las influencias que recibieron o aportaron para conformar lo que hoy podemos considerar el fútbol moderno. O sea, de algún lugar venimos y hacia algún lugar vamos, aunque este último punto es un poco más discutible.

La historia comienza en 1867 y a partir de ese momento se inicia un apasionante relato año por año, que no solo puede seguirse desde la óptica cronológica, sino también desde otras dos perspectivas.

La primera tiene que ver con la arquitectura propia de un árbol genealógico, que debe ser abordado irremediablemente desde sus ramas y no desde su tronco. Por eso el libro comienza en el capítulo 6, lo más alto de la copa. La segunda es el orden sucesivo que permite seguir la historia tal su curso temporal. Y la tercera es el anexo que encontrarán en el final: allí están todos los nombres de los entrenadores ordenados alfabéticamente y con sus respectivas influencias, para seguir cada carrera de manera individual. Fue un trabajo arduo organizarlo. De hormiga. Artesanal.

La obra tiene como ambicioso objetivo conocer mejor nuestro fútbol y al menos intentar responder algunas preguntas de matriz filosófica, tales como ¿existe la nuestra?, ¿si existe, es una sola? o ¿siempre hubo diferentes estilos? No hay garantías de sentencias definitivas, pero sí de un paseo por la historia del juego nacional.